Es común escuchar que algunos animales ‘predicen’ la llegada de las lluvias o la intensidad de los veranos. Veamos qué hay de cierto en esto.
La valiosa tradición oral nos ha transmitido numerosos conocimientos a través de expresiones populares. De esta manera nos hemos enterado de que ‘cuando las cucarachas vuelan el aguacero es seguro’, así como otras expresiones similares.
Ciertas actividades de hormigas y otros insectos, el canto de aves y grillos, el croar de ranas, la llegada adelantada o el retraso de ciertas aves migratorias, se combinan para alertarnos de cambios en los estados del tiempo o la inminente ocurrencia de fenómenos climáticos.
La explicación más general es que los procesos adaptativos de los animales se remontan a millones de años; tiempo suficiente para desarrollar en ellos ‘sensores’ que detectan los más mínimos cambios en su entorno, ya que sin estas habilidades predictivas perecerían.
Actualmente, sofisticados equipos apoyan los pronósticos del tiempo, sin embargo, el hombre ha observado estos comportamientos animales durante siglos, por lo que comunidades indígenas y poblaciones urbanas con arraigo campesino, se siguen guiando por estos pronosticadores naturales.
Haga el ejercicio de preguntarle a un familiar, vecino o amigo, preferentemente adulto mayor, sobre comportamientos animales que pronostican el tiempo; y observe con atención cuando estos sucedan, quizás se sorprendan de su exactitud.
También los ‘hermanos mayores’ indígenas podrían enseñarnos mucho de estas cosas, y sería fantástico que los pronosticadores del tiempo agregaran en sus comentarios que ‘hoy las hormigas del patio se estaban mudando’, o que ‘el canto de los sapos estaba muy animado’, y con eso tener más aciertos en sus predicciones.
Colaborador petLovers: Julio Cesar Gonzalez