Los bigotes de los gatos también conocidos como vibrisas cumplen un papel vital en la vida del felino. Estas cerdas van más allá de lo estético.
Son instrumentos que les permite desenvolverse en su entorno de manera más hábil. La función mecanoreceptora de los bigotes o vibrisas son vitales, de hecho, estas cerdas son más largas que las del resto del cuerpo.
Están más incrustadas que el resto del pelaje. Los bigotes se encuentran alojados en la epidermis mientras que el pelaje normal está en la dermis. Sin extremadamente sensibles y están rodeados de nervios y vasos sanguíneos.
Los bigotes o vibrisas están ubicados en el hocico, sobre los ojos en la barbilla y detrás de las patas delanteras; se encargan de enviar información al cerebro. Sirven como receptores táctiles. El 80 % de los gatos tienen entre 18 y 24 de estos pelambres táctiles, aunque puede varias según la raza.
Receptores ultra sensibles y protectores vitales para tu gato
Los expertos afirman que, a pesar de que el gato tiene excelente visión, los bigotes complementan este sentido ocular, debido a que los gatos no pueden distinguir objetos o cosas ubicadas a menos de 30 centímetros de ellos.
Básicamente son detectores de peligro. Las vibrisas son tan sensibles que pueden detectar las vibraciones y cambios de corrientes del aire. Es decir, que le ayudan estar más alerta ante lo que sucede a su alrededor pudiendo captar si algo alguien se aproxima.
Las vibrisas le permiten saber si un espacio es lo suficientemente grande como para poder entrar en él. Y sí, también les ayudan a mantener el equilibrio; al igual que la cola los bigotes son complementos para un equilibrio impecable.
Estos bigotes también cumplen la función de cuidar los ojos de tu gato. Aquellas cerdas que están sobre los ojos les advierten cuando un objeto se encuentra demasiado cerca obligándoles a parpadear.
“Cortar o no cortar…”
Por ser una herramienta con una función de extrema importancia. Los expertos prohíben terminárteme cortarle los bigotes a tu gato.
Si le cortas los bigotes tu gato no se caerá, tal y como dice el mito urbano, pero si se verá afectada enormemente la percepción de su entorno.