La crisis sanitaria mundial que hoy padece la población en el planeta debido al covid-19 ha tenido a los pangolines entre los principales sospechosos. La posibilidad de que este mamífero sea realmente un vector de la cepa sigue siendo una simple hipótesis y lo mismo sucede con los murciélagos.
Lo cierto es que, si las hipótesis llegarán a confirmarse, ninguna de estas especies tendría que ser estigmatizada por la propagación de la cepa. La responsabilidad total debe caer por el causante real, el ser humano, quien evidentemente capturó, mantuvo en cautiverio, sacrificó y preparó para el consumo estos animales.
Entre paradojas y beneficios
Según información publicada en Health Time, existen antecedentes acerca de la cancelación de uso de animales silvestres en la medicina tradicional China, creando asuna paradoja, porque al excluir al pangolín de la lista ‘medicinal’ ayudarán a su supervivencia. Cabe destacar que este grupo de animales ha sido afectado durante años por el comercio legal e ilegal.
La compra y venta de los pangolines ha mermado notablemente en los últimos meses y pude mantenerse gracias a la decisión emitida por la Famacopea de China, libro oficial de substancias medicinales de uso común, de excluir las escamas de pangolín de los productos utilizables en la medicina tradicional China.
Lo mismo sucederá con las píldoras Yanggan Huanglian, un preparado tradicional que contiene Yemigsha o heces de murciélago.
Por último, el pasado 5 de junio la Administración Estatal de Silvicultura de China aprobó nuevas medidas de protección para los pangolines que incluyen controles acerca del comercio de estos ejemplares y sus derivados. Mejorar el nivel de protección de los pangolines es una situación urgente y una disposición que concierne a todos.