A pesar de las rigurosas restricciones y medidas de seguridad por parte de las autoridades en todo el mundo debido a la propagaciones y consecuencias del covid-19, esto, al parecer, es algo que no influye en las acciones de deforestación y daños contra el medio ambiente.
En Argentina, según el monitoreo de Green Peace, unas de las ONG ambientalistas más reconocidas en el planeta; entre el 15 de marzo y el 31 de mayo fueron arrasadas más de 14.900 hectáreas. Lo que quiere decir que eran taladas 200 hectáreas por día.
Polémica por autorizaciones
Si bien el gobierno argentino dispuso la cuarentena obligatoria desde el 20 de marzo en todo el territorio nacional, medida que aún sigue vigente en las zonas de mayor afectación y propagación del covid-19, para el 3 de abril, el Ejecutivo publicó un decreto en el cual aclaraban que las actividades vinculadas con la producción, distribución y comercialización forestal quedaban exentas a estas restricciones.
Al parecer y Según la presidencia, y por la Decisión Administrativa 450/2020, se considera que es trabajo esencial el corte de arboles durante una emergencia sanitaria que no solo padece ese país sino el planeta entero.
Las provincias más afectadas están ubicadas en el norte argentino, Formosa, Chaco Salta y Santiago del Estero, son algunas de ellas.
Mapeo tipo semáforo
Verde: este color indica que en estas áreas se puede ‘desmontar’, es decir, permiten el uso de máquinas para limpiar el terreno.
Amarillo: ‘uso sustentable’ de las áreas naturales. Se prohíbe ‘desmontar’, pero si se puede talar.
Rojo: área silvestre protegida. Prohibido alterar.
A pesar de que se lleve una ‘organización’ con semáforos, personas como Noemi cruz, coordinadora de la Campaña de Bosques de la Organización No Gubernamental, señalan que es una actividad destructiva y que en algunas provincias cambian los colores de cada sector, esto según la necesidad para explotar los recursos naturales.
Lamentablemente, una lucha de nunca acabar.
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