Arqueólogos españoles hayan osamenta de un perro micromorfo o miniatura, de 20 centímetros de altura, más antiguo del imperio Romano.
Por impresionante que pueda sonar, hace más de 2000 años, en la antigua Roma, ya existían los perros miniaturas de compañía. Según los expertos su tamaño es similar al actual Chihuahua, tal como lo describe las investigaciones realizadas por arqueólogos de la Universidad de Granada (UGR) y que se acaba de publicado en la revista ‘Archeological and Anthropological Sciences’ en el que también participaron científicos del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (IACT-CSIC, Granada) y el Instituto de Historia del CSIC (Madrid).
Una particularidad que destaca, aparte de su tamaño de 20 centímetros, es que su hocico es chato, cráneo redondo y braquiocefálico, patas proporcionalmente cortas muy similares al Pug Carlino o al pequinés.
Los expertos agregan que tenía una lesión en la cadera y algunas evidencias traumáticas lo que puede afirmar que fue sacrificado por, clínicamente hablando, torsión cervical fatal.
Este tipo de hallazgos en una necrópolis de principios del siglo I después de Cristo permite ahondar acerca de la relación que tuvieron entre ambas especies, canes y humanos, y el rol que estos desempeñaron para la época romana occidental y, posiblemente, el simbolismo en los rituales fúnebres.