Cada uno de de los siguiente personajes atraparon al mundo entero a través de sus pensamientos escritos. Se podría decir que lo mismo le sucedió a ellos, en el preciso momento que les estigmatizó la sublime y enigmática ‘gatonalidad’ de sus acompañantes felinos.
Jorge Luis Borges
El escritor argentino es uno de los escritores más importantes, incluso sin ganar un premio Nobel. Su gato se llamaba Beppo, y nadie puede describirlo mejor que Borges en un poema llamado con su nombre:
“El gato blanco y célibe se mira en la lúcida luna del espejo y no puede saber que esa blancura y esos ojos de oro que no ha visto nunca en la casa, son su propia imagen”
Jorge Luis Borges
Charles Bukowski
Es considerado uno de los escritores estadounidenses más influyentes y, además, es caracterizado por su irreverencia y sentido -a veces negro- del humor. Bukowski tenía un secreto para vivir eternamente:
“Cuantos más gatos tengan más vivirás. Si tienes un centenar de gatos, vivirás diez veces más que si tienes diez. Algún día esto será descubierto, y la gente tendrá mil gatos y vivirá para siempre. Es realmente ridículo.»
Charles Bukowski
Julio Cortazar
Cortázar es argentino, pero vivió gran parte de su vida en Francia. En París, por mucho tiempo, su única compañía era su gato: T.W. Adorno. Sobre su relación con el felino dijo:
«Querer a las personas como se quiere a un gato, con su carácter y su independencia, sin intentar domarlo, sin intentar cambiarlo, dejarlo que se acerque cuando quiera, siendo feliz con su felicidad».
Julio Cortazar
Darío Jaramillo
Jaramillo es antioqueño; novelista, ensayista y considerado uno de los mejores poetas de Colombia. En su obra hay maúllos y ronroneos felinos. Él asegura que:
«Se necesita maña y constancia para que un gato se deje acariciar. A veces condesciende solamente porque los gatos son buenos amos».
Darío Jaramillo