Puede sonar extraño, pero el hastío o fobia hacia los felinos, y aun más a los de color negro, es más común de lo que parece. Pero, ¿sabes qué es y de qué se trata?
Empecemos por aclarar el significado de fobia. Según el DSMV (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) se categoriza dentro de los Trastornos de Ansiedad y se identifica por el miedo o ansiedad exagerada hacia un objeto o situación específica que el individuo experimenta de forma casi inmediata al interactuar con el mismo; por tal razón lo evita y se resiste activamente.
La reacción exagerada o intensa ante el estímulo fóbico dura al menos seis meses, causando malestares significativos en las áreas funcionales de la vida como es el trabajo, el hogar y relaciones sociales. Este tiempo es el mínimo necesario para diagnosticar a la persona con un trastorno fóbico.
Fobia, entre mitos y realidades
Ahora bien, la Ailurofobia o elurofobia es una aversión o repugnancia tenaz e injustificada hacia los felinos domésticos. Durante años los gatos han sido asociados con la magia negra, lo demoníaco y lo sobrenatural, porque al parecer pueden percibir y observar cosas que el humano no, siendo los ejemplares de color negro los más satanizados. De hecho, en la edad media se creía que eran hechiceras transmutadas.
Existen personas que no soportan verlos ni siquiera en fotografías, pero ¿a qué se debe? Hasta la fecha el único conocimiento que se tiene acerca de este tema es que es un trastorno psicológico más común de lo que se cree y que este va más allá del simple rechazo hacia el animal.
Todo es mental, tal vez…
Algunas fobias específicas suelen desarrollarse en la infancia, por una experiencia traumática; por presenciar a otro sufriendo un traumatismo o por experimentar una crisis de pánico inesperada en presencia del estímulo fóbico (el gato en este caso). Sin embargo, pocas personas recuerdan la razón por la que apareció este tipo de trastorno.
La presencia del minino ante una persona ailurofóbica puede causar sintomatologías que van desde taquicardia, sudor incontrolable, dificultades respiratorias hasta ataques de pánico y desmayos.
Siendo el gato víctima de las reacciones infundadas o heredadas por algunas generaciones; es importante destacar que los felinos domésticos no son peligrosos para el humano, aunque a veces sean rudos al jugar; de hecho, algunos expertos lo llaman: la mascota del futuro.
Por otra parte, al igual que otras repulsiones conocidas, la ailurofobia o elurofobia, puede ser tratada en psicoterapia por especialistas que identifiquen el origen de este y ataque de manera intrínseca la raíz del problema.