Los gatos al ser depredadores que tienden a mostrar fortaleza y, de cierta manera, “enmascara” las dolencias físicas. Por esa razón no parecen enfermarse muy seguido, en especial si son criollos que no salen de casa; sin embargo, pueden presentar signos de enfermedad muy sutiles, como pérdida de peso o aumento en el consumo de agua.
Hay que ser un buen observador y mantener comunicación frecuente con su veterinario de confianza. Es necesario reportarle cualquier cambio en el animal y diagnosticar enfermedades a tiempo.
La enfermedad renal en los gatos se presenta con bastante frecuencia y se produce cuando los riñones no funcionan adecuadamente. Y no logran eliminar las sustancias tóxicas de la sangre de manera adecuada. La insuficiencia renal puede ser aguda y aparece rápidamente. Se desarrolla en días, incluso horas, afecta a gatos de cualquier edad.
La crónica, normalmente, es de aparición lenta y se desarrolla en semanas o meses. Esta se evidencia con mayor frecuencia en animales senior (mayores de 7 años).
Los riñones además de eliminar los desechos de la sangre a través de la orina, también controlan la tensión arterial, regulan el equilibrio de minerales y estimulan la médula ósea para la producción de glóbulos rojos.
En animales mayores de 7 años se recomienda realizar exámenes de sangre y ecografía abdominal, por menos una vez al año; y visitar al veterinario para chequeo general cada 6 meses. En animales más jóvenes es importante estar atentos a cualquiera de los síntomas mencionados a continuación.
Entre síntomas y recomendaciones
Los gatos con enfermedad renal pueden presentar hipertensión, aumento de la creatinina y el BUN (exámenes de sangre); parcial de orina con alteraciones (Ej. bacterias, cristales, etc), anemia (mucosas pálidas), vómitos frecuentes, aumento en el consumo de agua (más de 90-100 ml/Kg/día); pérdida del apetito, decaimiento, disminución en la actividad física, diarrea, pelo seco, debilidad muscular e incluso ceguera.
El tratamiento varía según la causa y el tipo de enfermedad renal; si es un caso agudo suele requerir hospitalización para hidratar al animal, medicamentos. En ocasiones, el gato puede no tener secuelas y el problema renal ser transitorio. Si por el contrario el paciente presenta cálculos urinarios; es posible que el gato necesite cirugía y posteriormente una dieta especial para evitar que se formen de nuevo.
En el caso de la enfermedad renal crónica, el animal va a requerir chequeos y exámenes de sangre frecuentes; en algunos casos transfusiones sanguíneas, tratamiento de soporte en la clínica veterinaria, hidratación, alimentación por sonda; además de una dieta baja en fósforo y proteína de por vida; en los casos más avanzados el gato puede necesitar diálisis.
Colaboradora petLovers: M.V. Especialista en Homeopatía, Dra. Daniela Peñaranda (@vidadepelos.co)