Una interrogante clásica que se hacen tanto propietarios caninos como personas ajenas al mundo de las mascotas es ¿por qué los perros comen hierba? Pero, al contrario de lo que se cree, esta no es una simple acción purgante; se trata de una técnica natural que al comprenderla te ayudará a conocer más acerca de la salud física y mental de tu compañero de vida.
Expertos en medicina veterinaria alegan que los ayuda a devolver y a expulsar objetos extraños de su estómago, pero también denota algunos trastornos de su comportamiento. En la jerga médica se denomina ‘pica’, y es una afición por comer materias extrañas o tierra, o lamer superficies como paredes, por ejemplo. En este grupo se incluye la acción de masticar césped.
Entre estudios y opciones
En 2008, Científicos de la Universidad de California descartaron que los perros ingieren hierba para purgarse cuando sienten malestar gástrico o para complementar su dieta cuando esta presenta deficiencias nutricionales.
El estudio, dividido en tres fases, en el cual participaron 1571 perros, obtuvo datos interesantes; el 70 % de los propietarios expresaron que su can comía plantas por lo menos una vez a la semana. 8 % afirmó que antes de ingerirlas su mascota tenía un semblante de perro enfermo. Mientras que el 22 % restante manifestó que sus perros vomitaban luego de comerlas.
Desde ese punto, los investigadores concluyeron que la mayoría de los perros consume pasto o grama naturalmente, sobre todo los más jóvenes; a lo que alegan que puede ser una predisposición heredada de sus ancestros, los lobos.
Sé atent@ y precavid@
Si tu perro es de esos que deleita el sabor de las hierbas, no tienes por qué alarmarte, pero si es conveniente que seas precavido en qué lugar mete el hocico. El riesgo de que tu mascota coma hierba recae en que puede ingerir algún tipo de planta venenosa o que su nueva ‘distracción gastronómica’ esté rociada con fertilizantes tóxicos.
Sea cual fuere el caso, es importante que tu veterinario sepa lo que está sucediendo; aunque también puedes acudir a un etólogo para mayor asesoría y pueda en lo posible detectar la raíz del conflicto.