La pandemia del Covid-19 llegó para darnos dolorosas lecciones sobre la manera cómo los seres humanos estamos llevando nuestro estilo de vida. Un aliado cruel que ha arrasado con miles de personas a su paso, y que paradójicamente, se ha convertido en un ‘haz bajo la manga’ para el cambio climático, que nadie se esperaba.
El cambio climático es el causante del aumento de la temperatura en la tierra, una situación que ha generado un efecto dominó que se refleja en múltiples fenómenos naturales que están sucediendo a nivel global. El considerable deterioro de la capa de ozono ha desencadenado un aumento en la temperatura a nivel mundial; esta es la principal razón por la que Australia sufrió los voraces incendios que arrasaron con viviendas, hectáreas de bosque nativo y especies animales a principio de este año.
Entre ciudades y países
Nuestro planeta está sufriendo, es por eso que en la Costa Caribe el mar se está tragando las playas, en la Sierra Nevada de Santa Marta ya no caen copos de nieve y aumentan cada vez más los incendios, mientras tanto, en Bogotá cae granizada un día y al otro hace una temperatura superior a los 20 grados centígrados. El causante de estos fenómenos es el cambio climático, pero el verdadero responsable de esto somos nosotros, los seres humanos.
Según Felipe Castro, director del Centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para América Latina y el Caribe, la ampliación de la frontera agrícola. Y, a su vez, el acelerado asentamiento de las ciudades, “han hecho que el hombre llegue a sitios donde antes no llegaba». Asegura Castro que esto ha permitido que los seres humanos se encuentren con especies a las cuales antes no tenían acceso y del mismo modo con agentes que albergan patógenos como el Covid-19. Es por esto, explica Felipe Castro, que se han transferido enfermedades de los animales a los humanos.
Vacaciones relativas para el planeta
Las acciones emprendidas para mitigar la pandemia le han dado un descanso al planeta. China cerró fábricas, comercios y restringió los viajes tanto por tierra, como por aire. Son precisas estas acciones cotidianas las responsables del mayor consumo de combustibles fósiles que hoy están impulsando el cambio climático. Solo en el gigante asiático, las emisiones de dióxido de carbono han disminuido un 25% lo que representa una reducción global del 6%.
Antes de la aparición del Coronavirus, la posibilidad de que los gobiernos tomaran acciones significativas que garanticen un Desarrollo Sostenible; para lograr una reducción del 20% de las emisiones de efecto invernadero para el 2030, sonaba casi utópica. Pero en este momento es evidente para los ojos del mundo que son indispensables.
La gran misión que tenemos como humanidad es lograr que la temperatura del planeta no se eleve sobre los 1,5° C y que para el año 2050 las emisiones de gases lleguen a cero. Ojalá que las lecciones del Covid-19 no se nos olviden pronto y que por el contrario, cambie nuestro estilo de vida a uno más amable con el planeta.