Las infecciones del tracto urinario (ITU) en perros, son muy comunes y responden frecuentemente a una gran variedad de prescripciones antibióticas. Sin embargo, existen muchos casos que no responden a ellas, o de infecciones recurrentes que requieren un mayor acercamiento sistemático a la terapia. Por esto, es necesario definir la duración del proceso infeccioso, la severidad clínica, la localización e identificación de la infección.
Reinfección continua
Los signos de la ITU varían con su localización y duración. Una simple uretrocistitis puede ser aguda o ser la exacerbación aguda de una condición crónica. El animal tiene los síntomas clásicos de poliuria, disuria y hematuria oculta o real. La escherichia coli, el estreptococo, el proteus y la klebsiella están presentes en la mayor parte de los casos de ITU.
La escherichia coli ha sido identificada por tener una gran predilección para colonizar el tracto urogenital de los perros. Esta preferencia puede explicar por qué los ITU son comunes en los canes y por qué estos con ausencia de defensas apropiadas son reinfectados continuamente.
Sin embargo, muchos animales no tienen signos clínicos, pero sí bacteriuria, es decir, bacterias en la orina, pero no hay hallazgos de microbios en el cultivo. El uroanálisis es particularmente importante en animales con antecedentes de ITU o con factores de riesgo para desarrollar bacteriuria subclínica. Los factores de riesgo son: Diabetes mellitus, hiperadrenocorticismo, mejor conocido como síndrome de Cushing, una afección que se produce debido a los altos niveles de cortisol en el sistema, o tratamientos prolongados con corticoides.
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A su vez, los animales con evidencia de bacterias en el uroanálisis, pero negativos en los cultivos, pueden estar infectados con micoplasma. Al mismo tiempo se debe tener en cuenta que los mecanismos de defensa del animal son de vital importancia para prevenir y controlar la infección, determinar el medio ambiente en el cual vive, que muchas veces es el causante que las infecciones persistan.
El desarrollo de uropratógenos o de bacterias oportunistas puede ser prevenido por la hipertonicidad y el pH de la orina, la ausencia o disminución de azúcares y proteína en la dieta.
Interrogante común
- ¿Qué signos clínicos o de laboratorio indican un tratamiento exitoso y en cuánto tiempo deben aparecer?
- ¿Cuándo la terapia debe ser revaluada y cuáles son los criterios utilizados para tomar la decisión de cambiar el antibiótico y por cuál?
A veces esperamos que la terapia antimicrobiana haga más que matar los patógenos. No todos los signos clínicos son causados por los microorganismos. De igual manera, la terapia antibiótica exitosa no siempre asegura una mejoría en el status clínico del paciente.
Terapias para infecciones de tracto urinario
Las enfermedades del sistema urinario pueden ser el resultante de una variedad de procesos patológicos que pueden ocurrir en cualquier parte del sistema.
La terapia adecuada depende de la localización, severidad y etiología del problema y debe ser instituida solamente después del análisis de su historia, un completo examen físico y un mínimo de datos de laboratorio.
Los antibióticos más utilizados para el tratamiento de la ITU son: Amoxicilina, Enrofloxacina y Ciprofloxacina acompañados de fluidoterapia, analgésicos y dietas alimenticias bajas en proteína y en azúcares.
Algunas especies no presentan sintomatologías clínicas, pero si pueden presentar bacterias en la orina
Agradecimiento: M.V. Dr. Camilo Arias Porras. Universidad Nacional de Colombia 1964.