La pérdida de un ser querido es dolorosa para todo ser sintiente y los perros no son la excepción cuando de entregar afecto incondicional se trata. Es por ello que ante este tipo de eventualidades seas su mejor apoyo.
Compañeros de vida
Resulta obvio que también estés afectadx ante la situación, pero es importante que trates de no demostrárselo a tu perro; recuerda que ellos tienen la facultad de percibir tus estados de ánimo y este, especialmente, no se le escapará.
Algunas de las señales que tu perro manifiesta al estar deprimido puede ser las pocas ganas de jugar, descansar menos de lo habitual o, en ocasiones, lo contrario; dormir de más. Otra señal es el chillar o ladrar mucho.
Por otra parte, es completamente normal que ante esta situación tan reciente el perro manifieste inapetencia. Es importante que evites alimentarlo directamente con la mano; porque podrías crear un hábito que pronto repercutirá en el comportamiento del mismo.
¿Feromonas anti estrés?
Es probable que las feromonas relajantes ayuden a disminuir la ansiedad en el perro afectado; pero si este sentimiento se prolonga es recomendable lo lleves al veterinario o a un especialista en conducta, el experto siempre sabrá qué hacer.
¿Adoptar?
Sí, claro, está bien, pero no de forma inmediata. Tanto tú como tu mascota deben alivianar el sentimiento de pérdida, recuerda que cada vínculo es único; además, eres tú el mayor apoyo para con tu compañero de vida. Debes ir probando paulatinamente con otros perritos, preferiblemente de tus amistades.
El juego, la mejor medicina
Frente a esta situación la mejor medicina es el juego. El compartir con tu mascota, divertirse mediante juegos interactivos y los estímulos mentales son las opciones viables. Salir de paseo, trotar, la pelota, nadar y el buscar golosinas son alguna de ellas.
Es imperativo el estímulo y la compenetración de ambos para que el proceso de pérdida se disipe de manera adecuada.