El pulpo es uno de los animales más asombrosos e indiscutiblemente inteligente, de hecho, es una de las pocas especies en el planeta que se interesa por interactuar con las cosas y animales que le rodean, incluyendo al humano.
El Pulpo del Arrecife Caribeño tiene círculos oscuros alrededor de los ojos. Su cuerpo puede cubrir el espacio de aproximadamente 23 pulgadas. Posee una gran cabeza y ocho gruesos tentáculos equipados con ventosas, pesando en su totalidad poco más de tres libras.
Se encuentra en las cálidas aguas del Mar Caribe. Son comunes en los arrecifes de San Andrés y Providencia.
Se aparean a partir de los tres o cuatro meses de vida. Los machos se pelean por las hembras y mueren poco después de aparearse. Las hembras depositan hasta 500 huevos y luego de permanecer cerca de ellos cuidándolos también mueren.
El pulpo es hábil cazador nocturno de moluscos, cangrejos y otros crustáceos, aunque pueden llegar a comer peces pequeños. Captura las presas entre sus tentáculos, los muerde con su pico para paralizarlos y luego perfora agujeros para chupar la comida previamente disuelta con su saliva.
Locomoción, inteligencia y camuflaje
Los tentáculos posteriores los emplea para desplazarse por el arrecife y los otros seis se utilizan para ubicar alimentos. Cuando debe huir, utiliza el mecanismo de ‘propulsión a chorro’ y la expulsión de tinta.
Aunque no es una especie amenazada, los humanos los capturan constantemente, mientras que las anguilas morenas, rayas, tiburones y peces de arrecife son sus depredadores naturales, sobre todo en sus primeras etapas de vida.
Son moluscos cefalópodos con grandes capacidades para resolver problemas relativamente complejos. Distinguen objetos y poseen buena memoria.
Como todos los pulpos, están dotados de células en la piel conocidas como cromatóforos y fotóforos, así como músculos especializados en simular texturas, lo cual les permiten ajustar tonalidades y enmascarar su aspecto con el entorno natural.